miércoles, 15 de julio de 2009

Volver a sentir, volver a amar


La noche trae tu recuerdo, reviviendo en mi cabeza aquellos momentos.
La esperanza de volver a sentir y amar se desvanece, mientras tu te haces mas fuerte dentro de mi.
Aquellos momentos felices que antes vivimos ahora son una puñalada en mi corazon, lo deja mal herido, siento que ya no puede volver a sentir, que ya no puede volver a amar.
Esos sentimientos que tenia hacia ti, ahora son hierros ardientes que hacen llagas en mi cuerpo, heridas que no cicatrizan y que cada vez que miro te devuelven a mi vida.
No entiendo como se puede añorar algo que te ha hecho tanto daño, no entiendo como volveria a ser aquella persona que prometiste olvidar.
Pero ¿como no añorar algo que has llegado a amar?

Por vosotros, para ti




Llego a aquel lugar donde nadie quiere estar pero al que al final todos vamos a llegar.

Te veo, al fondo detrás de tanta gente, tu rostro dibuja una falsa tranquilidad, que tapa el dolor y la amargura de ver que ya no está.

Me acerco a ti, te veo andar, con un fuerte abrazo tu llanto empieza a brotar.

Desahógate amigo mío pues para eso los amigos están.

Veo a mí alrededor caras llenas de dolor y de complicidad, esas caras que sus verdaderos sentimientos quieren ocultar, pues en esos momentos no son los que tú necesitas observar.

No llegaré a entender ese dolor al recordad a quien ya no está, pero sabes que a tu alrededor tienes a gente en la que puedes confiar.

Llora amigo mío, llora sin más, que para eso los amigos están.


(Inspirado en un momento trágico para un gran amigo que lo estaba pasando realmente mal)

Bajo un cielo estrellado, bajo un cielo burlon


Miro al cielo, descubro que las estrellas dibujan una sonrisa, su brillo me hechiza,
y tu rostro me viene a la memoria.
Recuerdo los momentos que los dos pasamos junts bajo este mismo cielo, justo
en este mismo lugar.
Eso me da que pensar, me levanto y comienzo a caminar, salgo raudo de aquel lugar, para ya nunca mas regresar y asi de mi vida poderte borrar.
No consigo otra cosa que aligirme mas, me paro, me arrodillo, me pongo a llorar, de mi mente no te puedo sacar.
Me vuelvo a levantar, marcho firme y decidido, directo al sitio de donde he venido.
Me tumbo y al cielo vuelvo a mirar, ahí estan las estrellas que una sonrisa vuelven a dibujar, ahí en ese lugar te vuelvo a recordar.
Ahí en ese lugar me doy cuenta que nunca te podre olvidar.

Un sueño


Ayer soñé contigo, no quería despertar
Pues así la soledad no me puede golpear.
En ese sueño eras mía, mi amor no escondía,
Nada podía hundirme, nada podía herirme.
Solo tu presencia me hacia feliz, consigue hacerme olvidar toda la maldad,
Todos los problemas que en esta vida nos rodean y llena de vanidad
Contigo me gustaría en un futuro estar,
Ver juntos la vida pasar y no olvidad nunca soñar.

Prefiero no aprender


Prefiero no aprender,
Pues de lo que tú me enseñaste nunca me podre desprender.
Me enseñaste el camino de salida
Más con un leve empujón me devolviste a mi sombría guarida.
Me enseñaste a sentir y amar,
Pero de tu cariño nunca pude gozar.
Me enseñaste que la vida está llena de cosas bella,
Pero no me dejaste ver ninguna de ellas

Bajo la luz de una estrella


Se cuenta una historia ocurrida hace años, en ella se relata como una estrella se desvió de su camino y fue a parar a este mundo.
Esa estrella nada más llegar se apagó, pero su brillo en los ojos de una niña se quedó.
Esa niña creció, iluminó la vida de la gente que tenía alrededor.
Esa historia es cierta, pues a mí me ocurrió.
Un buen día con esa niña me topé, del brillo de sus ojos prendido quedé.
Iluminó mi camino, antes sombrío y tenebroso, por el cual camina yo miedoso.
Sentí su calor al estar junto a mí, y un día desapareció, sin poder agradecerle todo lo que hizo por mí.
En las noches oscuras, cuando tengo miedo y estoy solo, miro al cielo, buscando entre tantas estrellas, el brillo que solo tenía ella.

Acero conciliador



Cierro los ojos, escucho mi corazón, oigo el choque del acero, por la dura batalla que allí tiene lugar.
Vuelvo a escuchar, ahora solo hay silencio.
Me asomo para ver el resultado, lo primero que veo es la brillante espada de la Esperanza, en el suelo, junto a ella su portadora, arrodillada bajo la firme y oscura espada de la Desolación, cuyo corte es capaz de hacer desaparecer la luz que me guía.
Allí esta, la Esperanza arrodillada, sintiendo el frio roce de una negra espada.
La negra espada empuñada con firmeza por la Desolación.
Esa feroz lucha que hay en mi interior, y en la que poco a poco ha ido cogiendo fuerza esa Desolación que está a punto de acabar con mi Esperanza.
En esos momentos me vienen a la mente malos recuerdos, esos recuerdos que te gustaría olvidar y que es prácticamente imposible.
Intento hacerles frente, recordando tu voz, viendo tu sonrisa, sintiendo tus labios, recordándote.
Poco a poco veo otra vez la brillante espada, ahora brilla con fuerza, capaz de cegar a la Desolación, vuelve a ser empuñada por su dueño, y la batalla da otra vez comienzo.

Canto al olvido


Corro, mas tras de mí la bestia acecha,
Miro atrás y la veo, no quiero ser devorado por ella.
Intento escapar, pero es muy veloz,
Sin ayuda debo enfrentarme a esta bestia atroz.
Lucho desesperadamente,
Pero noto como me alejo de tu mente.
La bestia se abalanza, entre sus fauces me apresa,
Siento un gran dolor y luego de la oscuridad soy presa.
El olvido me ha alcanzado y creo que ahora nunca más seré recordado.