miércoles, 17 de octubre de 2012

Placeres ocultos de alcoba

Entro en la habitación, la miro, bella como siempre, me acerco a darle un beso, y me quedo observando su desnudo cuerpo, me voy acercando y con cada paso mi corazón late mas fuerte, la he visto mil veces así, pero cada vez es como la primera, aun me pongo nervioso cuando la rozo, pongo mi mano en su espalda con suavidad, acerco mi cara a su mejilla para besarla, poco a poco mi mano, con voluntad propia, empieza a acariciar cada centimetro de su espalda, sigo besado su mejilla mientras mis labios emprenden un camino ya sabido, beso su boca, mi mano encuentra su destino, se oye un gemido, abre sus ojos, clavandome ese color verde en los mios, empieza el baile entre las sabanas, con cada movimiento suyo mi mano se acomoda mas y mas, los besos empiezan a brotar solo para tapar cada gemido que de sus labios intentan escapar, sus brazos enlazados en mi espalda, marcando con las uñas cada uno de los gritos que impido que salgan, arquea su cuerpo como ofreciendose al mio, mi mano deja su sitio para que ahora sea el resto de mi cuerpo el que la haga disfrutar, el ritmo acompasado hace que los dos lleguemos al placer extremo, manos, brazos y piernas se pierden en el cuerpo el otro, danza bajo las sabanas, placeres ocultos de alcoba

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